José Antonio Alcaraz
PACHUCA, HGO.- Expresiones como “la esposa de”, “la hija de” y “la delfín de” son una forma particular de violencia simbólica ejercida en contra de las mujeres que ejercen la actividad política, denominada despersonalización, que se refiere a quitar a alguien su carácter o atributos personales y hacerle perder la identidad.
Este tipo de característica, dijo Lisset Marcelino Tovar, diputada local de Morena, no está relacionada a las capacidades, virtudes o defectos de la mujer en el servicio público, partidista o militante.
Es por ello que este día presentó una reforma a la Ley de Acceso de Las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Hidalgo, específicamente para reformar el párrafo tercero del artículo 23 BIS y la adición de la fracción XVI BIS del artículo 23 ter.
Específicamente, en el artículo 23 XVI Bis se establece que “despersonalizar a la mujer en el ejercicio de sus derechos político electorales, entendiéndose como la intención de quitar a alguien su carácter o atributos personales en función de estereotipos de género, resaltando como condicionante la existencia de una relación personal, intima o familiar con un hombre”.
“La violencia simbólica es una de las violencias menos visibilizadas, pero que ha generado un impacto brutal en la violencia generalizada que sufren las mujeres pues, al no mostrarse como una realidad violenta no se entiende como violencia, la violencia simbólica es la forma que tiene el sistema patriarcal de naturalizar y normalizar, en este caso concreto, la despersonalización de las mujeres que ejercen o desean ejercer un cargo público o de representación partidista”, expresó la legisladora.