Por: José Antonio Alcaraz
A pesar de haber sido un asiduo amante de los descalabros emocionales derivado del exceso mental que me cargaba en alguna etapa de mi vida, hoy puedo sentirme más aliviado de esa preocupación, ansiedad, tristeza, resentimiento, depresión y estrés, que me provocaron el pensar mucho.
Liberarme de esas cárceles mentales que me producía vivir en el pasado y futuro, no fue de la noche a la mañana. Tuvieron que pasar años para retomar mi poder, esa soberanía racional que ejerce mi ser para elegir en cómo y en qué puedo disponer de mi atención.
- ACEPTACIÓN
Pero, ¿cómo liberarnos de esas cárceles mentales? La ACEPTACIÓN es el primer paso. Pese a que me considero un hombre resiliente, en muchas ocasiones me he declarado impotente para resolver o cambiar circunstancias de mi vida, haciéndome a un lado, dejando pasar o alejándome para así preservar mi armonía, entrando en una reflexión intima dentro de mi silencio.
Y déjame decirte que “es un reto aceptar las cosas que uno no puede cambiar” y tratar de no enfrascarse impulsivamente en el pasado o en el futuro a través de los pensamientos: El pasado lo ocupo para recordar y agradecer experiencias que hoy me han puesto aquí. Ya no me futurizo con esa premura, disfruto el viaje, las situaciones, incluso las que me retan, planeo y agradezco en el presente y, cuando las cosas no van, simplemente las acepto y me regalo una buena dosis de humor.
Así como todo en la naturaleza es sencillo, la forma de romper estas cadenas reside en algo simple pero poderoso: has consciente del PRESENTE y que todo lo que vives ocurre en este preciso instante
2. CATARSIS
Un segundo paso es hablar de cómo nos sentimos o de un determinado problema con alguna PERSONA VITAMINA, es decir, un amigo de entera confianza, un médico, consejero, religioso, especialista o psicólogo es recomendable y contribuyen a ir soltando el pasado y aquietando los pensamientos futuros.
A veces la hago de terapeuta, pues además de ser periodista y artesano, también doy terapias físicos y masajes de relajación. Ahí me toca escuchar y sugerir soluciones a las personas.
Algo que me funcionó para acallar los pensamientos, cuando esas personas vitaminas no estaban disponibles, fue escribir una carta en la que exponía cómo me sentía, por qué o con quién estaba enojados. Sea en el lenguaje que mejor nos venga, puede ser, incluso, con groserías. Esa catarsis nos llevará a la liberación.
Al terminar de escribir esa carta, más tranquilos y serenos, podemos quemarla. Es una técnica psicológica contundente que ayuda a desenredar esos nudos emocionales que nos estancan y nos hacen infelices
3. LA GRATITUD
Vivir en el trillado “AQUÍ y AHORA” practicando la GRATITUD genera también un boomerang bien chingón, pues ayuda a disolver todos esos enredos emocionales. Agradecer es consagrar tu vida y te da fuerza para continuar o superar algún reto.
En mi vida se han dado milagros y se están precipitando otros más gracias a que logré enfocar esa energía creativa en el presente y no en el pasado ni en el futuro. En la medida que lo practiques, tenlo por seguro, podrás observar resultados.
La felicidad es trabajo de uno, hay que afanarla poco a poco para que sea durable, hay que darle matices, pulirla y compartirla, pues, entre más la compartes más pleno eres. En la naturaleza las cosas durables, llevan su tiempo, como el fruto de un árbol que es delicioso.
En la tercera y última columna, hablaré de unos GRANDES MAESTROS que han y siguen siendo inspiración en mi vida para sentirme en PLENITUD.
GRACIAS