Por: José Antonio Alcaraz
Actualmente millones de seres humanos viven presos. Sí, presos y sin estar en una reclusión física, pues están encerrados en su propio “mal estar”, lo que les llega a producir enfermedades y sus derivados como lo son la preocupación, ansiedad, tristeza, resentimiento, depresión y estrés.
Estos estados son verdaderas cárceles creados por uno mismo y su punto de partida es cuando tu enfoque mental se centra en el “PASADO y el FUTURO”; eso nos desconecta del presente, donde todo ocurre, y crean unos eslabones que te encadenan con los ENREDOS EMOCIONALES.
Recuerda: el pasado y el futuro sólo existen en la mente cuando “decides” (a veces deciden por nosotros –arcontes–, pero eso será tema profundo de otra columna) enfocar tu energía creativa: pensamiento, palabra y acción.
Si no eres consciente de esto, ambas proyecciones en el pasado o en el futuro cortan el flujo de tu vida, te producen esos pinshis enredos emocionales pues vives anclado mentalmente a sucesos del pasado e ideas futuristas:
“Vives en el pasado cuando te sientes triste, resentido o deprimido; recuerdas un suceso que ya fue, lo repasas y repasas y no te permite ver la experiencia que te dejó. Vives en el futuro cuando te preocupas, estresas o estas ansioso; se va la vida ideando, mentalmente, lo que quieres vivir, olvidando que eso ocurre sólo en el presente, justo en el que estás leyendo estas palabras”.
DON TOÑO, ESPECIALISTA EN GENERAR ENREDOS EMOCIONALES
Fíjense que hace años fui un especialista en generar enredos emocionales. Hoy ya solté esa fama. Antes ataba cabos sueltos de cosas y situaciones inexistentes; además recordaba agravios y, sobre todo, no aceptaba lo que había pasado y exigía que las cosas que planeaba en la cabeza salieran tal como las imaginaba.
Sin embargo, cuando las cosas no salían como las había pronosticado, solía echar la culpa a las circunstancias, a las personas o al destino injusto. También, me irritaba al querer exigir una resolución inmediata a un determinado problema.
Fue mi mente una autopista libre en la que corría mis pensamientos sin control, recreando situaciones de cómo se hubieran dado mejor tal situación o las posibles soluciones a esos problemas que ya habían pasado. Incluso, anticipaba el futuro.
Sin saberlo, esto resultó ser un veneno que poco a poco mermó mi salud física, mental y emocional (todo está conectado) y me trajo enfermedades crónicas, pues “la energía que bien pueden emplear en crear mi presente se me fugó como una manguera agujerada que corta la presión del agua.
Gracias a esto fui un asiduo cliente de los descalabros que producían esos CAOS MENTALES que yo mismo creaba. Pensaba y repasaba una y otra vez las cuestiones que me habían hecho en el pasado, en lo general eran cosas malas (vivía resentido) y en cómo los hubiera resuelto.
En el futuro, creaba situaciones mentales que a ‘la voz de ya’ quería ver como una realidad para que me dieran seguridad. Todo eso me generó un boomerang que me alcanzó y me golpeo tan fuerte que me dolió. Fue una especie de terremoto o sacudida que me ayudó a dejar atrás esas viejas formas de pensar, ver y hacer las cosas.
En la próxima columna compartiré un par de estrategias prácticas que me han y siguen sirviendo para salir de esos estados.
GRACIAS